En bici, sí, porque lo de la
bicicleta es algo estupendo. En primer lugar porque se trata de un ejercicio
muy saludable a cualquier edad, incluso para aquellos que empiezan a utilizarla
a edad madura y sin haber practicado previamente ningún deporte ni haber hecho
ninguna clase de ejercicio. Andar en bicicleta favorece la circulación
sanguínea, oxigena el cerebro, libera del estrés, permite mejorar la
resistencia, reduce la tensión, fortalece los músculos y consume calorías. Una
auténtica maravilla.
Además es, sin lugar a
dudas, el medio de transporte más ecológico, algo sumamente importante hoy en
día que hay que ser especialmente cuidadoso con el medio ambiente. Otra
cuestión muy tentadora de la bicicleta es la velocidad de desplazamiento. En
este tiempo que nos ha tocado vivir, en el que todo pasa tan rápido, es un
placer poder disfrutar de las cosas sin prisas, recreándose.
Y algo que hay que valorar
especialmente en un momento como el actual es lo del coste cero. Un gimnasio al
aire libre, un viaje de placer, un reconstituyente, un médico personalizado,
una terapia relajante y un medio de locomoción, todo en uno y absolutamente
gratis.
Pero viajar en bicicleta no
es sólo utilizar un medio de transporte barato y eficaz, ideal porque preserva
el medio ambiente, no contamina, es silencioso y favorece nuestra forma física,
sino que también favorece nuestra autoestima, nos relaja y mejora nuestro
estado de ánimo.
La bici es la mejor terapia
contra el estrés, la ansiedad y la depresión, una medicina excelente para la
salud del alma. Hay muchos estudios que hablan de los beneficios que para nosotros supone el uso de
la bicicleta, desde evitar infartos, cuidar las rodillas o mejorar el sistema
inmunológico, hasta disminuir el riesgo de cáncer.
Vacaciones en bici
La bicicleta es, sin duda alguna, el medio de transporte
menos contaminante y más cardiosaludable que existe. Por suerte, en la
actualidad, se calcula que alrededor de unos dos millones de españoles la
utilizan para desplazarse habitualmente en sus ciudades. Sin embargo, todavía
es muy incipiente su uso como vehículo para los desplazamientos interurbanos
durante las vacaciones, aunque aporta a esos días de asueto algunos
ingredientes añadidos, además de los ya conocidos, derivados de esa
característica específica que tiene la bicicleta, que no es otra que realizar
los desplazamientos a velocidad moderada. Hoy, que las circunstancias nos
obligan a hacer todo deprisa, el uso de la bicicleta como vehículo para las
vacaciones nos permite la degustación, la aproximación, el paladeo. Unas
vacaciones en bicicleta facilitan nuestra relación con el entorno, nos hacen
disfrutar con más intensidad del paisaje y de la naturaleza y posibilitan el
acercamiento a las personas. No es poco.
La bici en el tren
En Portugal no hay mayores problemas para viajar en tren
con la bicicleta. En los trenes regionales se pueden llevar montadas, incluso
con las alforjas puestas. En los Interciudades o el Alfa pendular pueden
exigirte que desmontes la rueda y que protejas la bicicleta con algún tipo de
envoltorio (puede valer un film transparente) para que no manche.
En la página de los ferrocarriles portugueses (Comboios de Portugal) hay información
detallada de recorridos, precios, descuentos y equipajes.
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